Son documentos muy sencillos que no requieren cita previa.
Es un documento notarial para hacer constar la transcripción total o parcial de un documento, o certificando la legalidad y autenticidad de una firma.
Por ejemplo es muy habitual el testimonio de un DNI, por medio de una fotocopia en la que el notario estampa una diligencia signada y firmada (testimonio) aseverando que esa fotocopia es igual al original del documento, que ha tenido a la vista, para lo cual le pediremos que nos exhiba el documento auténtico en cuestión.
Si lo que desea es que el Notario realice un testimonio de legitimación de firmas, es decir, que dé fe de que la firma existente en un determinado documento es la de una persona determinada, será necesario que la firma en cuestión haya sido puesta o reconocida por el firmante ante el Notario, o bien que dicha firma concuerde con las que ya constan en el Protocolo Notarial. Tenga en cuenta que no basta con presentar adjunto el carnet de identidad para su legitimación.
No todos los documentos privados pueden ser objeto de testimonio o de legitimación de firmas (no podrán serlo cuando exista la obligación de que los actos en ellos contenidos consten en documento público o bien cuando no se hayan cumplido previamente las obligaciones fiscales, en su caso, por ejemplo de contratos privados de venta o arrendamiento).